Tú prejuzgas.
Él prejuzga.
Nosotros prejuzgamos.
Vosotros prejuzgáis.
Ellos prejuzgan.
Ya está bien ¿no?
Prejuicio, según la RAE: «Opinión previa y tenaz, por lo general desfavorable, acerca de algo que se conoce mal». Por el bien de todos, sería bueno que dejemos de señalar y prejuzgar, y tratemos de informarnos lo mejor posible antes de criticar por detrás, una lacra que, al ritmo que vamos, va camino de convertirse en deporte nacional junto a la maldita envidia que, también según la RAE, es «tristeza o pesar del bien ajeno; emulación, deseo de algo que no se posee». Pues eso, menos prejuicios y envidias, y más positividad, que buena falta hace para desayunar más felices, comer más relajados y cenar con la conciencia tranquila.
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