En unas horas desconecto del tiempo real y de la tensión informativa con esta insistente imagen aún grabada en el cerebro. Una cuerda a punto de romperse que simboliza un temor, un escalofrío colectivo, un nefasto presagio. Temor a un estallido social en España, a más dosis de desmadre económico, a un otoño muy caliente sin el ríase la gente. Ojalá me equivoque y esa imagen se difumine, se autodestruya. Ojalá los que tengan que hacer den un golpe en la mesa y pasen de las palabras a los hechos. Cuanto antes. Durante tres semanas de vacaciones intentaré olvidar esa tensa cuerda, confiando en que a la vuelta al menos permanezca ese «hilillo».
Salud.
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