Llevo todo el día observándolo. En diferentes calles y avenidas coruñesas los balcones y ventanas permanecen rojigualdas. Las banderas españolas que infinidad de gente colgó en sus viviendas para celebrar la Eurocopa permanecen clavadas en su sitio. Las banderas quietas. Como las ilusiones y las gestas. Puede ser por vagancia o por temor. Temor a que la magia y la alegría de estos días se evaporen. Temor a que el grito ¡VIVA! se sustituya por otra subida del IVA. Temor a cambiar de chip sabiendo que somos campeones de Europa, sí, pero tanto de fútbol como de paro. Temor a cambiar las palabras remate por rescate, goleada por oleada (de despidos, por ejemplo)… Quién sabe. A lo mejor es por simple dejadez. Pero el caso es que el rojo amarillo rojo sigue ondeando en las alturas. Incluso permanece en los espejos de los autobuses urbanos. Sí. Y nadie protesta. Y casi nadie lo retira.
Foto vía El blog busurbano
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PD: Remato con este gran vídeo de la BBC en su cierre de retransmisión de la Eurocopa. Compensa verlo y escucharlo. Y que aprendan por nuestros lares sobre cómo se hace una televisión de máxima calidad:
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=hriKrxgf5lE[/youtube]
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