Un nido de víboras

Todas las investigaciones periodísticas sobre el espionaje político en el PP de Madrid --que inició El País y ahora se suman con nuevos informes El Mundo y Público-- revelan que ese partido en la capital es un auténtico nido de víboras, cada cual más mordedora y traicionera. Desvela que la lucha por el poder político --ojo, alimentada y manejada por grupos de poder y empresarios madrileños de postín-- empozoña cualquier programa electoral, mancha cualquier intento de renovación del partido y deja muy claro que la avaricia política es mezquina y rastrera hasta más no poder. Confieso que ya me he perdido por completo, que ya no sé quién espía a quién y con qué motivos y con qué dinero. Es evidente que, aparte de la guerra politica, ha estallado la enésima guerra mediática entre los de siempre que tanto desprestigia a nuestra profesión periodistica. Y también es evidente que vergüenzas de este calibre golpean con fuerza a todos los que creemos que la democracia es el menos malo de los sistemas. Por eso es necesario que toda la mierda salga a la luz, caiga quien caiga, y que el segundo partido de España se desprenda cuando antes de este "Aguirregate", "Cocidogate" o como quieran llamarlo. Eso sí, será necesario que, aparte de informes y contrainformes, rueden cabezas. Y si son tan mentirosas como poderosas, mejor que mejor. Por higiene sociopolítica y por sanear al primer partido de la oposición, que desde hace tiempo pide a gritos un buen manguerazo.

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