Las autoridades estadounidenses desvelan un plan neonazi para asesinar a Obama. Podría ser una chavalada, o no. Este último episodio es el enésimo paralelismo del candidato presidencial demócrata con el asesinado John F. Kennedy, en uno de los países más racistas del mundo. Mar adentro, claro. Obama lidera un cambio político por el que suspira medio planeta, pero millones de norteamericanos guardan celosamente en sus adentros la decisión final. En una semana --el 4 de noviembre-- sacarán a la luz sus votos, incluida la Norteamérica profunda, esa que dice una cosa y luego hace otra. Y todo es posible. Incluso que el simple color de una piel pueda hacer saltar por los aires lo que ahora gritan alegremente todas las encuestas.
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Enhorabuena por tu blog, te dejo mi voto.
ResponderEliminarSaludos.