
El cerebro del caso Malaya,
Juan Antonio Roca, ha pagado un millón de euros de fianza y deja la cárcel. El juez lo pone de patitas en la calle a pesar de reconocer que en su caso «existe un elevado riesgo de fuga». Se basa en que estuvo imputado más veces y que no se escapó de España. Bien, bien. Y el presunto sale con el dedo pulgar en alto (la foto no engaña) en signo de clara victoria. El acusado de
crear una trama de corrupción urbanística sin precedentes en Europa ya tiene vía libre para convertirse en el nuevo
Luis Roldán. ¿Se acuerdan?
Foto: Miguel Ángel Molina (Efe)
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