

Ya sé que las comparaciones son odiosas. Pero en la foto de ayer veo cosas muy diferentes a la felicitación de Aznar a Zapatero en su primera investidura como presidente, en abril del 2004. Quizá sean las caras acartonadas, quizá el que se saludaron fríamente en el centro del hemiciclo. Quizá el evitar mirarse a los ojos. No sé, vuelvo a ver esa foto y no palpo mucha sinceridad en algún gesto. Será que las comparaciones son odiosas.
Mañana se conocerá oficialmente quién es quién en el nuevo Gobierno de Zapatero. Ojo, que ya viene otra vez la parida de la paridad y, como siempre, habrá más de una sorpresa.
Fotos: Reuters y AFP
Me gusta el gesto, me gusta la foto. Esperemos que dure cuatro años.
ResponderEliminarOjalá sea así.
ResponderEliminarEl gesto (¿?) se repite inexorablemente desde hace 30 años, cada vez que ha habido un nuevo presidente. Ahora, la crispación (como las riadas) había llegado hasta un cierto nivel en el que puede chocar una cortesía habitual.
ResponderEliminarPierre Miró
Ya sé que sorprende que un simple gesto de buena educación sea noticia, pero así de mal estaban hasta ahora las cosas.
ResponderEliminarDe verdad ¿no sé qué sorprende el gesto y cuáles son las razones para tildarlo de excelente? Estoy con anónimo, es un gesto que viene repitiéndose desde hace 30 años. ¿Ese apretón de manos vislumbra cambios? Los cambios se vislumbran en los discursos y yo no he escuchado nada nuevo.
ResponderEliminarOpino lo mismo que anónimo y Juan para mí el gesto no significa nada nuevo. Esperemos a ver cómo se desarrollan las relaciones a lo largo de estos cuatro años.
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