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Tan gallego como el gallego

La campaña
Tan gallego como el gallego acumula
más de 2.000 firmas:
«Un grupo de padres y de profesores de enseñanza primaria, secundaria y universitaria nos hemos reunido a causa del Plan de Normalización Lingüística de la Xunta de Galicia. Conscientes del problema de aprendizaje que plantea para niños castellanoparlantes, y seguros de la pérdida de calidad que supone dictar una clase en la que no es tu lengua habitual, hemos escrito un manifiesto para pedir la paralización de este proceso. También recogemos la preocupación de aquellos padres que, viviendo en un contexto de comunicación habitual en gallego, sólo reciben enseñanzas en este idioma. Por esto, queremos hacerles llegar esta corriente de preocupación a la vez que la posibilidad de adherirse a nuestra petición, amparada por principios fundamentales de la persona»...[+] Tan gallego como el gallego[Gracias Carlos]
No por favor, no empecemos con estos líos ahora en Galicia...
ResponderEliminarLa política del miedo, eso es lo que esta consiguiendo esta oposición tan maravillosa que tenemos en España.
ResponderEliminarEs absolutamente ridículo apelar a una supuesta "pérdida de calidad" de la enseñanza al dictar una clase en una lengua que no es tu lengua habitual. Y para muestra un botón.
En mi opinión es todo una estrategia para demonizar lo que ha venido a ocurriendo en Catalunya desde hace muchísimos años sin ningún problema. Aqui ha funcionado perfectamente hasta que los señores del PP decidieron hacer de esto un motivo de oposición.
Solo hay que ver el vídeo que TeleEspe ofreció a todos los Madrileños. Lastimoso, vergonzoso e insultante.
Por favor, no os dejéis engañar!
Como era eso Nacho de: "Tremendo tremendismo" o "Sembrando miedo" o "Una mentira adecuadamente repetida mil veces se convierte en una verdad" o "Contamina, que algo queda".
Pues eso. Una pena.
Non sei como algún partido non soubo defender unha Lei alternativa que fixera evidente a natural ensinanza do galego coa tamén evidente ensinanza do outro idioma do estado na mesma magnitude, afastando o idioma da capitalización exclusiva e excluínte do patrioteirismo local; pero é posible que o feedback da imposición relegue ó idioma o imperativo legal da administración e os nacionalistas á oposición. Mentres, o pobo rexeita dos mantras neochauvinistas para nutrirse da cultura e o multilingüismo saudable que, por sorte, lles reporta a colonización global polo satélite.
ResponderEliminarPero qué é isto?
ResponderEliminarNon sei a onde imos chegar,se a "xente de ben" que fala español quere que se dea español aquí.Pois NON.Os demais temos dereitos,e un deles é o ensino en galego,porque é NOSO.Se nós mesmos non aguantamos coa cultura propia,que o vai facer?
Os estranxeiros? Non.E non me digades que non entendedes o galego,porque daquela si que perdedes toda a credibilidade,por pouca que fóra.
A ver se me aclaro.
ResponderEliminarNacho de la Fuente é
consciente del problema de aprendizaje que plantea para niños castellanoparlantes, y está seguro de la pérdida de calidad que supone dictar una clase en la que no es tu lengua habitual.
Isto é certo?. Se é así, só che planteo un par de cuestións.
1 - Por qué eu non sufrín pérdida de calidade na miña educación por recibir clase nunha lingua que non uso habitualmente?. É dicir español.
2 - Por qué non protestaron estes pais cando eu e moitos outros miles de nenos galegos recibimos unha educación íntegramente en castelán?.
Onde estaba esa liberdade de elección entón?.
NA GALIZA EN GALEGO
ResponderEliminarVou ser breve, non nos toquedes as pelotas aos que queiramos ser galegos de verdade.
Para rematar, unha cita:
Prohibichedes o galego nas escolas, producindo no esprito dos nosos rapaces un complexo de inferioridade, facendolles crer que falar galego era falar mal e falar castelán era falar ben
(...)
Despois de catro séculos de politica asimilista O GALEGO SEGUE VIVO
Sodes pois uns COLONIALISTAS fracasados
Mexan por nós e decimos que chove...
ResponderEliminarAsí nos foi, e así nos vai. Esperemos que as novas xeracións valoren a nosa identidade e a nosa cultura e a nosa lingua e a nosa literatura e a nosa paisaxe e a nosa gastronomía, en definitiva, que valoren Galicia ou Galiza, o continente dame igual, o importante é o contido.
LENGUAS OFICIALES, LENGUAS PROPIAS Y LIBERTAD
ResponderEliminarLa lengua o las lenguas oficiales de un territorio deberían ser, estrictamente, aquellas lenguas en que cualquier Administración radicada en ese territorio tuviese que atender a los ciudadanos, correspondiendo en última instancia a éstos el derecho a elegir la lengua en la que han de ser atendidos.
La exigencia legal de que todos los ciudadanos de un determinado territorio (nación, comunidad autónoma, estado federado, cantón, etc.) deban conocer una determinada lengua es algo absurdo, a pesar de que tal exigencia figura en el artículo 3 de la C.E. El absurdo de esta exigencia es fácil de percibir, ya que no está previsto ningún tipo de sanción, ni penal ni administrativa, para el caso de que un ciudadano se declare abiertamente, y por decisión consciente, desconocedor de la lengua que, teóricamente, tiene obligación de conocer.
Lo que ocurre es que si este “insumiso” ciudadano desea realizar cualquier trámite administrativo, sólo podrá hacerlo en una de las lenguas oficiales, y, si no conoce ninguna, deberá contar con la ayuda, pagada o no, de una tercera persona que le sirva de intérprete; al margen de los poderes o autorizaciones que hubiera de firmar para poder ser representado. Realmente, esa es la “sanción” que, salvo en casos muy recalcitrantes, le disuadiría de no conocer al menos una de las lenguas oficiales de los territorios en los que desarrolla su vida, tanto en el ámbito personal, como en los ámbitos comercial y administrativo. Sólo quedarían fuera de este tipo de inconvenientes los procedimientos penales, por motivos obvios, en los que el Estado vendría obligado a proveer los correspondientes servicios de traducción, y así ocurre también con ciudadanos extranjeros sujetos a procedimientos penales.
Ahora bien, aceptando que un funcionario no tiene obligación de atender a un ciudadano en una lengua distinta de las oficiales, salvo en casos de puestos de trabajo muy específicos, es difícil pensar que en el caso de que un funcionario se exprese con cierta corrección en una lengua no oficial, cuyo conocimiento no es exigible para desempeñar su puesto de trabajo, alguien pueda oponerse a que ese funcionario pueda dirigirse a un ciudadano en una lengua que éste pueda comprender, porque la Administración debe tener como misión hacer la vida de los ciudadanos lo más cómoda posible. Por tanto, es absurdo que se prohíba a un funcionario dirigirse a un ciudadano en cualquier lengua, aunque no sea oficial, si ese es el deseo del ciudadano y el funcionario accede a ello por un afán de mejor servicio. Tal prohibición denotaría una concepción de la Administración en la que el ciudadano está al servicio de un determinado ideal patriótico o lingüístico, sea o no respaldado por la mayoría de la población, en contra de lo que sería la función de la Administración en un país democrático. Estaríamos ante un sistema político de carácter más o menos totalitario y xenófobo.
Por razones análogas a las expresadas en el párrafo anterior, no hay ninguna razón para impedir que los funcionarios, en el funcionamiento interno de la Administración, no puedan utilizar cualquier idioma de los oficiales en el territorio al que afecten los trámites en cuestión, salvo para casos muy especiales y justificados. Lo importante es que el funcionario haga un trabajo de calidad y con eficacia, no que utilice una determinada lengua oficial, si no hay razones prácticas especiales que justifiquen la restricción. Y ya sería el colmo de lo inaceptable sería que en las conversaciones que establecen entre sí los funcionarios para el desarrollo de sus tareas, se les prohibiese utilizar alguna de las lenguas oficiales, pudiendo ello implicar ello una inferior calidad en el trabajo realizado, además de una incomodidad, una pérdida de tiempo y de agilidad a la hora de realizar las tareas encomendadas. Es más, si no hay oposición por parte de los funcionarios implicados, ni tan siquiera sería de recibo prohibirles que sus comunicaciones orales se llevasen a cabo en una lengua no oficial en el territorio.
Naturalmente, la Administración debe poner al alcance de los ciudadanos todos los medios posibles para que tengan acceso al conocimiento de todas las lenguas, oficiales o no. En el caso de las lenguas oficiales, es lógico que la Administración garantice su estudio en el sistema educativo de cada territorio como materias específicas, pero no utilizar el sistema educativo como un método coactivo, más o menos sutil, para obligar a los ciudadanos a optar por comunicarse en una determinada lengua. Deben ser los ciudadanos los que, en función de sus intereses; económicos, sociales o de cualquier tipo; elijan en qué lengua han de ser enseñados ellos y sus hijos, si éstos no tienen todavía capacidad de elección. No le corresponde a la Administración, ni a ningún Parlamento realmente democrático, el establecimiento de cuotas de hablantes de una determinada lengua en contra de las preferencias de los ciudadanos.
La cuestión de garantizar una competencia lingüística de los ciudadanos en una o más lenguas es el típico desideratum voluntarista e intervencionista (el espíritu de la LOGSE y sus secuelas). La Administración debe garantizar que se den las condiciones para que los ciudadanos que estén dispuestos a hacer el esfuerzo necesario, puedan lograr una buena competencia lingüística en las lenguas oficiales, y también el resto de las materias de estudio. Desgraciadamente, por mucho que lo establezcan las normas, hay ciudadanos que abandonan el sistema educativo con una escasa competencia incluso en una sola lengua, y a nadie se le ocurre pensar que, aparte de que tal circunstancia figure, mediante la correspondiente calificación, en su expediente académico, esos ciudadanos hayan de ser sancionados de alguna manera. De hecho, la sanción ya les vendrá impuesta, si es el caso, en su futuro profesional y social, por no haber aprovechado las oportunidades de aprendizaje que a su disposición puso en su día la Administración. ¿Por qué no se aprueba una norma que garantice una notable competencia en Mecánica Cuántica? Porque es una estupidez.
Los dirigentes y los partidarios de las políticas intervencionistas, en cualquier aspecto de la vida, tienen miedo a dejar que los ciudadanos elijan libremente dentro de opciones legítimas, ya que puede que no elijan lo que a ellos les interesa que elijan; y hasta utilizan la coartada de que ellos defienden la verdadera libertad, ya que evitan que los ciudadanos sean manipulados por fuerzas e intereses oscuros, que impiden que su elección sea realmente libre. Se refieren, naturalmente, a que la mayoría de los ciudadanos, que no tienen su espíritu misionero y redentor, suelen elegir, parafraseando a Félix Ovejero Lucas, caminar por las sendas más transitadas, porque permiten caminar más de prisa. En el caso de las lenguas, hay personas y dirigentes que viendo el riesgo de que una lengua pierda hablantes, y ello pueda tener efectos económicos nocivos para algunos de esos partidarios de políticas intervencionistas, especialmente en el plano de los cargos públicos, no se resisten a la tentación de obligar a los ciudadanos a caminar por las sendas menos transitadas, aunque ése no sea su deseo.
Es evidente que cierto nivel de léxico, términos técnicos y científicos, y de elaboración de discursos y argumentos complejos sólo pueden escucharlos los alumnos en la escuela ¿o es que los van a escuchar en la disco, el botellón, o viendo Salsa Rosa? Por supuesto que estos intervencionistas a favor de que se hable una determinada lengua (la que a ellos les gusta, o simplemente les interesa por restricción de mercados) saben de sobra que las personas suelen utilizar a lo largo de su vida aquella lengua en la que se sientan más seguras hablando, en cuanto a riqueza de léxico y de capacidad de argumentación. La mayoría de las personas intuyen también esto, por eso suelen optar por aprender en aquella, o aquellas lenguas, que teniendo en cuenta el conjunto de los aspectos sociales y económicos, y sus perspectivas a corto y medio plazo de movilidad laboral les puedan ser más útiles con el menor esfuerzo posible. Esto es legítimo, y lo ilegítimo e intolerable es que la Administración, cualquier Parlamento, pretenda coaccionar a los administrados/ciudadanos en contra de los intereses o los deseos de éstos.
Naturalmente, los padres de un alumno, y éste mismo a partir de cierta edad, que prevean que la vida laboral y social de su hijo se vaya a desarrollar en un ambiente gallegohablante, ya se preocuparán muy mucho de que el alumno tenga una sólida formación en gallego en todos los aspectos, ya que, en caso contrario, se arriesgan a cercenar el futuro laboral o social del alumno. ¿Por qué creen estos políticos intervencionistas que determinadas familias envían a sus hijos a aprender idiomas al extranjero, con gran esfuerzo económico en algún caso? ¿Haría ese esfuerzo una familia cuyos hijos tienen una clara inclinación al, pongamos por caso, pastoreo en la Sierra de Cazorla? Y que conste mi mayor respeto y consideración para los pastores de todo tipo de ganado.
¿Qué sociedad libre puede tolerar que, bajo el pretexto de conservar el uso de una lengua, la que sea, se pueda condicionar la elección de los ciudadanos respecto de la lengua vehicular utilizada en la escuela, como si éstos no supiesen qué opción es la más interesante para ellos? Naturalmente, este derecho viene condicionado por el hecho de que haya una determinada cantidad de hablantes de la lengua de que se trate, y en el caso de una lengua oficial en el territorio, hasta ése sobrecoste no debería ser óbice para que el ciudadano vea respetado su derecho.
En un Estado democrático, la voluntad de la mayoría no puede pretender hacer observar a la totalidad de los ciudadanos un comportamiento sobre algún aspecto de la vida cuando hay minorías que prefieren otro tipo de comportamiento, siempre y cuando éste no impida que otros ciudadanos puedan ejercer su opción. Negar esto es respaldar la existencia de regímenes totalitarios. ¿O es que a alguien le parecería razonable la imposición de la asistencia a determinados ritos o actos religiosos ante el riesgo de que determinada religión corriese el riesgo de quedarse sin practicantes?
¿Quién va a pagar los eventuales perjuicios causados a los ciudadanos por haber elegido la Administración por ellos en contra de su voluntad? Al menos, si eligen los ciudadanos y se equivocan, no podrán echárselo en cara más que a sí mismos. Como en tantos otros aspectos de la vida es un problema de amor o temor por la libertad y un ejemplo más de proteccionismo económico-social. Una persona que prefiera leer el periódico en gallego, o ver cine en gallego, sabe que si hay muchos ciudadanos que tienen sus mismas preferencias lingüísticas, es mucho más probable que haya periódicos o cine en gallego, y este razonamiento, que es el de las sendas más transitadas, puede extenderse a todos los aspectos de la vida. Y el que no lo quiera ver está ciego.
En el caso de la imposición paulatina del gallego como única lengua vehicular en Galicia a toda la población, aunque parte de ella no lo quiera, mediante leyes aprobadas por la mayoría, sólo puede tener una razón de ser, que va más allá de la pervivencia del gallego como lengua de uso social. Esa razón sólo puede ser que la población perciba a Galicia como un territorio que no forma parte de España, pero entonces ya no estamos hablando de una cuestión lingüística. El argumento de la protección a la existencia de un idioma es una simple coartada para algunos. Estoy seguro de que si el gallego fuese hablado fuera de Galicia por varios cientos millones de personas (algunos ya usan este argumento a través del portugués), como no podrían argumentar, para justificar la imposición, la salvación del gallego como lengua viva, argumentarían, para la inmersión lingüística en gallego, que es una lengua que ofrece muchas posibilidades de comunicación en el mundo y grandes oportunidades de progreso social y económico, aunque ello no fuese cierto; porque, de serlo, saben de sobra que no haría falta obligar a la gente a elegir la enseñanza en gallego, porque ya lo haría motu proprio. Y es que a estas alturas ya todos nos conocemos demasiado bien.
Unas cuantas puntualizaciones:
ResponderEliminar1º) Afirmar que los territorios tienen lenguas propias e inmutables es un disparate que va contra toda evidencia experimental. ¿Cuál es la lengua propia e inmutable del territorio hoy conocido como Boston, por ejemplo? ¿Es que en el territorio que actualmente comprende Galicia sus habitantes no tenían idioma antes de la colonización romana? ¿Qué clase de gallego hablaría Breogán teniendo en cuenta que, de existir como personaje real, vivió con anterioridad a la colonización romana, clave para el surgimiento del gallego como idioma? Creo que deberían tratar de recuperar el idioma que hablaban los coetáneos de Breogán porque el gallego no deja de estar contaminado por ese idioma imperialista que fue el latín, porque para imperio, como dirían los de Monthy Python en la vida de Brian, el Imperio Romano.
2º) ¿Alguien que esté realmente en sus cabales puede afirmar que el inglés no es un idioma de Irlanda, y que sólo lo es el gaélico? Hay que recordar que Irlanda fue una colonia, de las de verdad, del Reino Unido, país contra el que se rebeló. ¿Pero es que habrá algún majadero disfrazado de lingüista o nacional-sociolingüista que niegue la categoría de escritores irlandeses a, entre otros, Oscar Wilde, James Joyce, Bernard Shaw o Samuel Beckett, por haber escrito casi o toda su obra en inglés, “el idioma del imperio”? ¿Por qué no se da una vuelta por Irlanda y expone sus teorías? Me puedo imaginar las carcajadas. ¿Por qué no teclea en Google “literatura irlandesa”, a ver qué le “sale”? ¿Alguien puede creerse que los irlandeses son unos renegados de su pasado por el hecho de que prácticamente en su totalidad hayan hecho suya (sí, suya, que las lenguas no son propiedad de nadie) una lengua generada en otro territorio? Podrían no haberlo hecho, pero, en un estado democrático, los ciudadanos tienen derecho a preferir hablar la lengua que les dé la gana y, cuando los miembros de una comunidad lingüística sean una proporción apreciable de la población de un territorio, tienen derecho a exigir que la Administración de ese territorio se dirija a ellos en la lengua que han elegido, y que en la enseñanza pública también (no sólo) se pueda utilizar esa lengua como lengua vehicular, ¿o es que no pagan los mismos impuestos estos ciudadanos? ¿Por qué se van a tener que pagar una enseñanza privada en la lengua que prefieren estos ciudadanos, y no los que prefieren la lengua “propia”? ¿Pero qué clase de “igualdad” entre los ciudadanos es ésta, que permiten que unos ciudadanos “chuleen” a otros porque prefieren hablar otra lengua?
3º) Que el castellano o español es un idioma de Galicia es un hecho experimental, no sujeto a votación, discusión, ni opinión. No hay más que salir a la calle o ver en qué idioma están publicados muchos, casi todos, los periódicos de Galicia. Los que niegan los hechos experimentales sólo pueden ser calificados de fanáticos iluminados, que no aceptan la realidad porque ésta no se compadece con sus deseos, y es inútil y estéril establecer con ellos cualquier tipo de debate. Sólo cabe combatirlos de la manera más adecuada para evitar que lleguen a imponer sus tesis a toda la población. Cuando escucho ciertos argumentos, se me viene a la cabeza una escena de la maravillosa película de John Ford “El hombre que mató a Liberty Valance”, cuando una vez que Ramson Stoddard cuenta la verdadera historia de lo que pasó, y da por supuesto que el periodista al que se la cuenta va a publicarla, éste le responde “esto es el Oeste Señor, y cuando los hechos se convierten en leyenda, no es bueno imprimirlos”. Por cierto, Galicia está en el Oeste, ¿verdad? ¡Qué casualidad!
4º) La tontería del concepto de “lengua propia de un territorio o de una raza” emana directamente de las teorías de Herder (que acuñó el término Volkgeist) y Fichte, y que fue la base del nacional-socialismo alemán, del fascismo italiano y del llamado fascismo español (que era un poco más paternalista que el italiano, pero igualmente rechazable), entre otros movimientos (el baasismo es la versión árabe del nacional-socialismo alemán, del cual adoptó en parte su simbología). Estas teorías incluso utilizan la prosopopeya, atribuyendo capacidad de sufrimiento a las lenguas, las banderas o cualquiera de los símbolos que representan al Espíritu de la Nación.
5º) Cuando una persona respetuosa con los ideales de la democracia utiliza la expresión “lengua de un territorio” simplemente está haciendo uso de una metonimia para economizar palabras, y no decir lengua que utilizan una parte apreciable, o incluso la totalidad, de los habitantes de ese territorio.
6º) Cuando intento imaginarme una reunión de estos aprendices de tiranuelos lingüísticos, siempre se me viene a la mente una fantástica escena de otra deliciosa película, “La vida de Brian” (hoy me ha dado la vena cinéfila). Aquélla en la que el grupo de resistentes anti-imperialistas al que pertenecía Brian está reunido y su líder pregunta a los demás: ¿qué les debemos a los romanos? Si no la conocen, no se la pierdan.
No puedo evitarlo.Me encarta esta nueva situación: Todos estos sectores carcas de la sociedad que hicieron de su capa un sayo durante décadas aparecen ahora como inocentes víctimas de los tiempos que corren.Le toca ahora al gallego ser el foco de su atención.Cuando den por perdida esa batalla pasarán a otra cosa.Mientras tanto observemos.No deja de ser interesante.
ResponderEliminarhttp://tangallegocomoelgazpacho.blogspot.com/
ResponderEliminarEsta fin de semana merquei un exemplar de A Nosa Terra. Habia anos que non mercaba tal xornal e unha das novas tan abraiante coma descoñecida para min era que un grupúsculo de profesores creara unha especie de Plataforma para opor-se ao Ensino do galego.
ResponderEliminarNon contentos coa sua ignoráncia, equívoco, mala fé e extremismo direitista, caen na estupidez de chamar-se a si mesmos coma "TAN GALLEGO COMO EL GALLEGO".
Ante a releváncia que está a tomar esta iniciativa, que ao meu ver está destinada a promover o ódio ao galego, vexo-me na obriga de Propor o seginte Google Bommbing:
ESCOLLE UN DOS SEGUINTES LINKS (ou inventa un sobre o ínclito texto)
E COLOCA-O NA TUA WEB OU BLOG.
TAN GALLEGO COMO EL GALLEGO
http://tangallegocomoelgazpacho.blogspot.com/
TAN GALLEGO COMO EL GALLEGO
http://www.vieiros.com/opinions/opinion/97/tangallego-comoelgallego
TAN GALLEGO COMO EL GALLEGO
http://www.amesanl.org/
¿Tan dificil es entender que si somos bilingües, nos podamos respetar en cualquiera de nuestras dos lenguas, sin imponerlas a los demas?
ResponderEliminarPido tolerancia y respeto si quiero hablar en castellano o en gallego. Yo elijo, soy libre para hacerlo.